Esta experiencia de ser caricaturista en eventos y fiestas es algo realmente fabuloso.
Al final del evento un niño se me acercó y me dijo que si podía ir a su fiesta de cumpleaños para dibujar a sus amigos, yo le dije que claro que sí. Rato después se me acercó su mamá y me dijo:" Él nunca había mostrado interés por nada, hoy gracias a usted, mi hijo siente que algo le interesa en la vida, me dijo que él también quería ser caricaturista y aprender a dibujar...". Este comentario me llenó de satisfacción porque de alguna forma, los caricaturistas tenemos una función social, es decir, tenemos que "entretener" pero también debemos dar un ejemplo positivo a la sociedad y ayudar a que este mundo sea un poco mejor. La verdad me sentí muy bien. Este tipo de cosas no tienen precio.
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